viernes, 27 de diciembre de 2013

La estupidez adquiere carta de naturaleza

Einstein se preguntaba cómo era posible que la humanidad hubiera inventado casi todo, cuando no había más de unos pocos de miles de humanos sobre la Tierra. Y ahora que hay millones no se descubre prácticamente nada. No halló la respuesta. La estupidez intimida a los grandes porque intuyen sus proporciones y su extrema peligrosidad, al contrario que la inteligencia.

En la selección y transmisión de las características prevalecen las peores; también en el caso de las cualidades hereditarias.

Por otra parte, de todos es sabido que los tontos son más prolíficos que los inteligentes. Y que los genios tienden a la esterilidad. Si los inteligentes tienden a no procrear mientras que los tontos son prolíficos, la inteligencia está condenada, no tiene futuro. Entre todos los primates somos nosotros los que tenemos el cerebro y los órganos sexuales de mayor tamaño. Esto nos impulsa a la duda y a una sospecha palmaria: "quien utiliza mucho uno de los órganos excelentes, descuida o tiene problemas con los otros."


Por supuesto es ficción, pero el fondo es real

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Aquí puedes comentar