La mayor parte de las personas no actúa siempre de un modo
coherente . A veces, una persona actúa con inteligencia y otras se
comporta de forma incauta. La única excepción a la regla es la de los estúpidos
que siempre muestran la misma tendencia en todas sus actuaciones.
Un inteligente puede, alguna vez, comportarse como
un incauto, y hasta de manera malvada. Pero como es inteligente, la mayor parte
de sus acciones se caracterizarán por el sello de la inteligencia.
El malvado perfecto es el que con sus acciones causa
a otro daños equivalentes a sus ganancias. El tipo más común es el ladrón. Uno
que roba sin causar otros daños, es un malvado perfecto. Sin embargo, los malvados
perfectos son relativamente pocos.
Otro tipo de malvado es aquel que obtiene para sí ganancias
mayores que las pérdidas que inflige. Suele ser deshonesto y con un grado
elevado de inteligencia.
Tenemos otro tipo de malvado. Aquél que obtiene beneficios
inferiores a las pérdidas que causa a los demás. Este tipo no se corresponde
con el malvado perfecto sino que se aproxima bastante al área de la estupidez.
Los estúpidos nada tienen que ver con todo lo
expuesto hasta ahora. Los estúpidos se concentran en un grupo todos y no se
diseminan en variedades como los malvados, los inteligentes o los incautos. La
razón está en que la gran mayoría de estúpidos son fundamental y firmemente criaturas
estúpidas. Insisten con perseverancia en causar daños o pérdidas a otros sin
obtener ganancia alguna para ellos. Pero hay más: aquellos estúpidos que no
sólo causan daño a los demás sino que se causan daño a sí mismos. Estos son los
súper estúpidos.
Fuente: "Allegro ma non troppo"_Carlo M.
Cipolla
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