La estupidez de cada ser humano constituye en sí misma un
problema grande, con todo tipo de consecuencias que es difícil identificar.
Pero el panorama varía cuando tomamos en consideración la estupidez de las
personas que tienen poder; esto es, el control sobre el destino de otras
gentes.
El poder está en todas partes. Todos estamos sujetos al
poder de otro. Y todos ejercemos poder sobre los demás. Forma parte de la vida.
Todos estamos de acuerdo en que debería existir el menor
poder posible y que sus poseedores deberían estar sometidos al control del
resto de la gente. Es lo que llamamos democracia.
Pero son relativamente pocas las personas que desean una
libertad auténtica. La responsabilidad es una carga. Muchos descubren que es
mejor ser seguidores; permitir que los gobernantes tracen el camino y se ocupen
de pensar por nosotros y echarles la culpa cuando estemos descontentos.
Existe otra variedad de gente que disfruta con el poder. Se
entregan con tal vehemencia que terminan imponiéndose. Debemos asumir que aquí
también se aplica el concepto general: hay tantas personas estúpidas en el
poder como en el resto de la humanidad y siempre ascienden a más de las que
creemos.
Fuente: [“El poder de la estupidez” de Giancarlo Livraghi] *
Fuente: [“El poder de la estupidez” de Giancarlo Livraghi] *
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Aquí puedes comentar