sábado, 14 de diciembre de 2013

La Cuarta Ley Fundamental

Las personas incautas, generalmente no reconocen a los estúpidos ni su peligrosidad.

Pero lo sorprendente es que los inteligentes y los malvados, tampoco. Estos no consiguen muchas veces reconocer el poder devastador de la estupidez. Es difícil explicar por qué sucede esto.

Se tiende a creer que una persona estúpida sólo se hace daño a sí misma, pero eso sería candidez y no estupidez.

Otras veces se llega a caer en la tentación de asociarse con un estúpido con el objeto de utilizarlo. Craso error. Esa maniobra no puede tener más que efectos desastrosos:
a) Está basada en la incomprensión de la esencia de la estupidez.

b) Da al estúpido oportunidad para desarrollar sus habilidades.

Uno puede hacerse la ilusión de que está manejando a un estúpido. Pero no es así. Tarde o temprano surge el comportamiento del estúpido, con lo que ese uno se verá arruinado y destruido.

Todo esto aparece descrito en la Cuarta Ley Fundamental, que dice:

"Las personas no estúpidas subestiman siempre el potencial nocivo de las personas estúpidas. Los no estúpidos olvidan que en cualquier momento y lugar, y en cualquier circunstancia, tratar o asociarse con estúpidos se manifiesta infaliblemente como un costoso error.

A lo largo de los siglos, en la vida pública y privada, muchas personas no han tenido en cuenta esta Cuarta Ley y esto ha ocasionado pérdidas incalculables a la humanidad.

Fuente: "Allegro ma non troppo"_Carlo M. Cipolla


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